"NOTA DE LA DIRECCION: Pues va a resultar que la convocatoria a los pequeños y grandes escritores que todos llevamos dentro ha surtido efecto. Porque ahora no sólo tenemos una, sino dos crónicas de la cena atlético-festiva. Y además esta última, por entregas. El compañero Suso se ha marcado este pequeño folletín, que paso a publicar. ¡Enhorabuena! Que ustedes lo disfruten!"
Todo comenzó a fraguarse en un mesa de bar (no es mal sitio si se está con amigos) quedamos para una cena de hermanamiento navideño-atlético-festivo, ipso facto saltó nuestro miembro más relaciones públicas, nuestro, a veces polémico Rafa “no me pites pasos que me marcho” Pipi, rápidamente este aconsejo un magnífico restaurante enclavado en pleno centro sevillano, muy cercano a nuestra Santa Iglesia Catedral Apostólica y Romana. El sitio no era otro que el restaurante el Cabildo a lo que rápidamente hubo algunos que asociaron el lugar a sablazo descomunal, pero raudo en sus artes de defensa y con el poder de la razón, Rafa fue fintando y sorteando exabruptos de los atléticos e hizo una breve exposición de las facilidades y bonanzas que este magnífico restaurante presenta, la historia se resumía en la asiduidad o frecuencia con la que Rafa llevaba a sus clientes, familiares y amigos a dicho establecimiento. Explicado todo esto y tras una votación que olió a pucherazo en este vuestro blog todos los atléticos accedimos a la celebración en el citado local de la cena atlético-festiva navideña. En poco tiempo y tras estricta votación a mano alzada se estableció una fecha para el evento, fecha a la cual el mismo Rafa se encargó de darle algo de suspense, dejándole cara de póker al mismísimo Cristóbal. Bueno, la fecha del tan magno evento era el viernes tres de diciembre, podíamos asistir todos los atléticos que quisieran sin excepción de los que no pagan la pista los martes, de hecho fueron casi todos los que la pagan, no sin más de una baja destacable como nuestro más insigne cronista, amigo y mejor escritor que el que suscribe, nuestro respetado Juan alias “Comandante Arensibia” que por motivos familiares se encontraba a miles de kilómetros de nuestra ciudad, también faltó una de las mitades de la conexión extremeña Israel, faltó Aurelio, faltó Ramón, faltó Rafa Durá por su inmediata paternidad (¡¡Felicidades!!), faltó Ramón, faltó Félix (nadie sabe dónde está), faltaron todos esos que tienen foto en el blog, pero que casi nadie conoce, faltó Bin Laden y Paquito Pantano, pero en una noche mítica aunque se echó en falta a los ausentes se hizo lo que se pudo, que no fue poco, para dejar bien alto el pabellón atlético-festivo.
Viernes 3 de diciembre, restaurante “El Cabildo”, ambiente numismático y filatélico, 20:45 de la noche aproximadamente, Cristóbal Chirino se aproxima a las inmediaciones del archinombrado restaurante, una vez atraviesa el umbral de la puerta del establecimiento se aproxima a la señora encargada o maître y le pregunta: “Venía porque tenemos hecha una reserva para 10 comensales/bebensales a nombre de Rafa”. La encargada le responde con media sonrisa en los labios: “Sí, hay una reserva a nombre de Rafa, pero existe un pequeño inconveniente, la reserva esta hecha para mañana”. Cristóbal no se lo podía creer, jamás hubiera pensado que a una persona tan experimentada en la organización de eventos le pudiera bailar una fecha y menos de tan fastuoso y esperado evento. Cristóbal rápidamente, no sin ganas de casi llorar y de estrangular a alguien hizo de tripas corazón y llamó a todos los atléticos de los que tenía el número de celular, rápidamente, por suerte para él comenzaron a sumarse “amigotes” atlético-festivos e hicieron que rápidamente Cristóbal borrara la cara de póker que inicialmente se le había puesto y comenzó a atisbarse un leve sonrisa pícara en su rostro. Por lo tardanza del que suscribe junto con el bueno de Pico no puedo relataros el orden de llegada, pero si destacaré el esfuerzo y relío que hizo Emilio en poder recuperar para la cena a el más “notario” de cuántos vamos a Hytasa todos los martes, nuestro inversor más querido, el gran Juan Carlos “el notario”, que al parecer ya estaba dando un paseo o tomando una tapa con su señora (aprovecho para mandar un afectuoso, sincero y cariñoso beso a todas las novias, esposas y queridas de todos los atléticos festivos, en especial a las Señora de Durá por su reciente maternidad –claro está que a pocas o ninguna el que suscribe conoce, pero se merecen este pequeño homenaje por aguantar a semejantes piezas-). Dato curioso: de 10 personas que quedan en Sevilla para cenar y festejar sólo había dos personas de Sevilla (Chico y Cristóbal –Vejer de la Fra.-, Mario y David –Huelva-, Pico –Plasencia-, Emilio –La Línea-, Juan Carlos –Madrid-, Gonzalo –Barcelona-, Rafa y Suso –Sevilla- y el brasileño) Dos vejeriegos, dos onubenses, un plasentino, un linense, un madrileño un barcelonés dos sevillanos y un brasileño, no hay fronteras la cerveza y el deporte son bienes universales. Tras el desconcierto inicial todo empezó a tornarse de color… Eh… del color tinto del vino que empezamos a ingerir a diestro y siniestro y a lo que Rafa “Pipi” decía: “No preocuparos, no hay problema nos irán llenando las copas sin pedirlo”. Dicho y hecho, la rojez, casi de un intenso violáceo, de nuestras mejillas delataba que la ingesta de tinto estaba siendo importante…
To be continued…
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