jueves, 10 de junio de 2010

Instantáneas de la Noche más Larga (2ª parte)


Pico, con los motores calientes. Humberto sigue llamando al Cielo e Israel, ¡dos más!


Juan "Comandante", entrando en estado de trance.


Cristodulu se pone borroso junto a Juan y Emilio


Pico: "Esto está hecho, ¿verdad, Chico?"
Chico: "Dios, ¿por qué está aquí esa cámara?

Instantáneas de la Nocha más Larga (1º parte)

Acaban de llegar a nuestra redacción las fotos de la noche de autos. Si se sabe leer entre líneas, es fácil saltarse la censura del anterior post.


Pico con su camiseta de combate. Juan Carlos "Er Notario", con sus gafas de visión nocturna.


Humberto llamando a las Puertas del Cielo. Israel pidiendo dos más.


Chico "Il Caballieri", Rafa "pipi" Vocal de Festejos, y Juan Carlos "Er Notario", tres grandes hombres posando. La de atrás no sé quién es, pero pagó para salir en la foto.


Autorretrato del fotógrafo de la noche, el gran Emilio.


Pico, calentando motores.

9 contra 1 (Censured)



NOTA DE LA DIRECCIÓN: "La presente crónica ha sido censurada por el Comité de Buenas Conductas del Atlético Festivo, a pesar de la negativa de La Dirección. Parece ser que algunos miembros de tan prestigioso club no desean que ciertas conductas se vean reflejadas públicamente. Como si no supiese todo el mundo con quién se junta. En fin, que yo creo que va a ser peor el remedio que la enfermedad, pero a mí que no me miren. Pues eso, que a partir de determinado momento, el Censor me ha hecho borrar los nombres. Que Dios nos pille confesados."

9x1

A las 21 hora zulú, tan sólo estaban en el Ambigú Israel, Humberto y Cristodulu. Podrían haberse pensado lo peor, pero con los precedentes de tardanza que hay en este equipo, no desesperaron. Al rato llegó Chico, y algo más tarde Juan, que ya pudo presenciar cómo los vasos vacíos se acumulaban en las dos mesas, perfectamente alineadas en la terraza de tan selecto local. Corrieron un par de rondas más cuando llegó Pico, voraz como siempre y arengó para ir pidiendo raciones a tutiplén. Chico "Il Caballieri" se pronunció a favor de esperar al resto de compañeros citados (Emilio, Juan Carlos "Er Notario" y Rafa "pipi"), al parecer llegando, pero las protestas de varios estómagos anegados de cerveza (además del suyo propio) le convencieron. Ahí fueron cayendo tapas variados de ensaladilla (clásico entre clásicos) y queso de cabra al horno con mermelada de zanahorias (¿quién dijo que no había clase en este club?). Pasados 20 minutos, y como los rezagados no llegaban, Chico llamó a los tres hombres altos de la reunión. Al parecer andaban metidos en un coche, en pleno Corpus, por el centro de Sevilla. ¡Habrase visto, hombres de Dios! ¡A quién se le ocurre tamaña locura! Tardarían un rato más, así que le pidieron a Chico que fuésemos comiendo. "Il Caballieri", agradecido, le respondió mientras untaba su tercera tostada de queso que "bueno, mientras llegáis nos vamos a pedir unas olivitas y unos cacahuetes".

Tras 3 ó 4 rondas más, otra llamada telefónica y unas tapas variadas, aparecieron Juan Carlos y Emilio. Todos preguntaron por el Vocal de Festejos, Rafa "pipi", que como no podía ser de otra manera, andaba en un evento literario-festivo con su señora. Aunque no debió de gustarle mucho la lectura porque apareció a los pocos minutos, despotricando de las Letras y sus integrantes, aburrido de pelotilleos varios. Tranquilo, Mister Pipi, no todos pueden disfrutar de prosas selectas como los que visitan este blog.

Por fin estábamos los 9 jinetes de la Alameda. Chico, gran dinamizador de la noche, junto con Cristodulu, propuso concretar el viaje a Vejer. Llamaron a sus contactos en Cádiz y cerraron una gran comilona al aire libre en La venta del Toro. Todo a pedir de boca. Se habló de pabellón y marcador electrónico. Cáspita, todo un sueño. El siguiente paso, retranmisión a 180 países. Juan propuso rotular su coche con el insigne escudo del Atlético Festivo, comprar un altavoz en los chinos y hacerse notar a la llegada a Vejer. Después vinieron las decepciones tipo "hay una exhibición de kárate en elpabellón y no nos dejan jugar ni en el descanso" y otras frustraciones mayores, que ya serán relatadas en otro post.

Con la panza llena, Rafa "pipi" propone ir a tomar una copa al salón de su casa, es decir al Corral de Esquivel, insigne bar de la Alameda. Allá fuimos con ganas de espirituosos varios que corrieron a mansalva. En este local, estaban dos miembros del club, charlando tranquilamente (para quien no se haya dado cuenta, aquí empieza la censura), cuando dos atractivas chicas, estadounidenses para más datos, los abordan y comienzan a flirtear. Andaban ellos con muchas ilusiones cuando Emilio se percató de la situación y con la habilidad y los codos que le caracterizan, se hizo un hueco en la Zona, apartó a los posibles contrincantes y se quedó solo con las mozas. Fin del partido.

La cosa iba pidiendo música y dancing, así que nos encaminamos al Utopía, al otro lado de la Alameda. Ya en el Utopía, aparecieron (o al menos ahí las recuerda el cronista que suscribe) dos mozas, la de Rojo y la Canija, que llamaron especialmente la atención de uno de los miembros del grupo. Y allí se puso a trabajar el muchacho, pico y pala-pico y pala, aunque sin demasiados resultados: fintas, reversos, asistencias... de nada sirvieron para un partido tan cuesta arriba. Desaparecieron, pero el partido aún no había terminado. Fin del primer cuarto.

En el otro lado de la cancha, la cosa se empezó a poner torva. Otro miembro del club, comenzó a llamar educadamente a las camareras: "¡Rrrrrrrruuubiaaaaaa! ¡Rrrrrrrruuubiaaaaaa!" Cosa que no sentó muy bien, quizás porque ningna de las camareras era rubia y porque todas eran lesbianas. Suerte que Emilio, con gesto grave y 1,95 metros de altura, puso paz y aquí no ha pasado nada. El grupo, entre el tumulto (y al olor de las chatis), se había dispersado, así que decidimos cambiar, de nuevo dirigidos por el Vocal de Festejos, hacia el Caja Negra.

6x1

Por el camino perdimos tres efectivos: Cristodulu, Emilio y Juan Carlos, que decidieron retirarse antes de que la cosa fuese a mayores, como fue. En el trayecto, el mismmo miembro de antes siguió con su mantra, ya en modo Destrucción, "¡Rrrrrrrruuubiaaaaaa!", "¡Rrrrrrrruuubiaaaaaa!", para sonrojo de otro atlético-festivo que al parecer vive en la zona. En el Caja Negra empezó el segundo cuarto contra la de Rojo y la Canija, grandes bellezas que de nuevo surgieron de la nada, como si anduviesen tras nuestros pasos. Otra vez, con renovadas fuerzas y con cerveza como apoyo, el Mismo miembro del club volvió al ataque, tratando de remontar el tanteo del anterior cuarto. En esta ocasión solicitó la ayuda de otros 3 miembros más, pero poco se podía hacer ante la poca receptividad de las contrincantes.

3x1

Viendo como el bar se vaciaba (y los vasos también, uno detrás de otro), los tres jinetes del Apocalypsis alcohólico decidieron marchar al Canalla. Cuando lo propusieron Rafa "pipi" prefirió quedarse, cómodo en sus territorios, mientras Israel y Humberto habían lanzado una bomba ninja, de esas de las que sale humo y después ya no hay nadie. Se habían marchado sin decir nada a nadie, pero por lo visto es algo habitual cuando de Modo Destrucción se pasa a Modo Aniquilación. Más tarde este blog sabría que uno de esta pareja quiso llevarse un teléfono público a casa de su novia, si bien debería saber que si quieres hablar con tu parienta, lo lógico es llamarla desde el teléfono y no despertarla con un auricular del que cuelgan cables varios. No contento con ello, y como finalmente desistió (ya hacen los teléfonos a prueba de bárbaros, hay que ver!), se dedicó a esparcir mobiliario urbano por la ciudad. Atención, señor miembro del Club: estas cosas no están bonitas.

A lo que íbamos, que ya en el Canalla y con un vacilón digno del Capitán Haddock, más que bailar, había quién se balanceaba. Vamos, lo mismo se puede decir uno que los tres. Y volvieron a aparecer la de Rojo y la Canija. El miembro del club se volvió loco y comenzó una defensa mixta sobre ellas, bueno, en realidad sobre la de Rojo, que había fascinado al muchacho. Pero ellas estaban en forma y nosotros muy borrachos, así que, dada las contínuas negativas, el muchacho desistió y fue acompañado por uno de los de Filipinas hasta un taxi, que, suponemos, le llevó hasta casa.

2x1

Así pues ya sólo quedaban dos. Uno de ellos daba paseos de la barra al centro de la pista, rellenando sin parar y sin ver más allá del borde de su vaso. Cuando levantó la vista, estaba fuera del bar, amaneciendo y los porteros preguntándose si no teníamos casa. Ahí fue cuando, entre la neblina que se levanta en Sevilla las noches de borrachera descomunal, vio al otro, que estaba descaradamente ligando con un pareja de chatis. Así pues se acercó, a ver qué pasaba, cuando, para su sorpresa, estaba aprendiendo el lenguaje de signos. Una de las mozas era sordomuda y la otra era su traductora, un bellezón de altas miras, simpática, y predispuesta, pero my consciente de que el interés repentino del miembro del Atlético Festivo por los idiomas era hacia ella, y no hacia su traducida. Vamos que la cosa no iba a ir a ningún lado, cuando, a pesar que el muchacho que tanto interés había puesto ya se habia marchado, llegaron la de Rojo y la Canija y, a través de un amigo común, les propusieron a los dos últimos miembros del Atlético Festivo presentes que se fueran a su casa a una fiesta. ¡Ay, muchacho que te habías ido 15 minutos antes su hubieses aguantado un poco más! O no, porque era tal la borrachera de tenían que, para sorpresa del lector, denostaron la invitación, dada la tremenda ingesta de alcaloides y la necesidad imperiosa de dormir.

1x1

Y allá se fueron, cada uno por su lado, a buscar sus respectivas camas, bajo el incipiente sol matutino. Gran noche y grandes ganas de repetir.

Al final salió el sol, no sé por dónde, pero salió.