lunes, 12 de diciembre de 2011

¡¡¡Hasta mangostinos!!!!

Tras reposar toda la información obtenida durante el evento, hacer un ejercicio de memoria importante, tras una noche muy larga, por corta que se me hiciera, sólo me queda relataros, lo que para mí, fue una velada entrañable, aunque en esta ocasión sólo contaré desde mi modesto prisma los preparativos de la misma.

Después de los reveses sufridos por los continuos contratiempos que hacían peligrar tan magno evento todo comenzó a fraguarse, de verdad, en cuestión de pocas horas, quedando sólo claro que había: bebida comprada y suministrada por nuestro Rafa “resolutivo” Pipi, tortilla española, suministrada y comprada por un servidor y ubicación o/u emplazamiento del coctel, bufé frío o picoteo con posterior bebercio y más comercio.

Todos os preguntaréis cómo un evento (¡¡El evento!!) organizado con tanto tiempo ha podido sufrir tantos problemas para llevarse a cabo. Pues bien, el primer contratiempo surgió cuando a pocos días del día H, yo, un servidor, por motivos de conciliación entre vida familiar y vida atléticofestiva, con todo el dolor de mi corazón, tuve que renunciar a hacer labores de compra y suministro, si bien me había comprometido a ir al Makro a comprar el bebercio.
Superado este escollo gracias a, de nuevo, las magistrales labores de Rafa “resolutivo” Pipi, todo empezaba a parecer que iba bien… ¿O no? A pocas horas del acto Rafa “cheese man” Durá, también conocido como Rafa “ex hombre del saco” Durá, tuvo que campear un revés que pocos saben: No había jamón, el buen hombre al que Rafa Durá había confiado la difícil empresa de pelar, corta y embasar el jamón (no uno cualquiera, el nuestro) había cometido la osadía de pensar que el encargo debía de entregarlo el día 9 no el día 7, con lo que Rafa Durá, tras ponerse la cafeinitrina bajo la lengua, habiendo hiperventilado con bolsa de papel incluso, y con casi una descomposición de vientre importante ante el miedo al fracaso absoluto de sus gestiones, no sólo se armó de valor e hizo frente a su despistado cortador de jamón, sino que además antes su insistencia le convenció de que abriera el negocio y que le suministrara el jamón cortadito y embasado tal y cómo este “despistado” tendero olvidó, no sin antes acordarse en voz bajita de sus progenitores y familia política. Una vez conseguido el difícil reto de hacer moverse a un tendero un día previo a festivo por la tarde, Rafa Durá ya respiraba, era otro hombre, tenía el jamón, y lo no menos importante, tenía lugar y amigos con los que degustarlo, además Rafa, hombre previsor, ya tenía cortadito y preparado medio queso que a la postre deleito los paladares exigentes de todo hijo de vecino que se personó en el lugar de tan magno evento.

Resuelto lo del jamón, de nuevo, sendos nubarrones en forma de carencias asolaban al número 39 de la calle, paseo u avenida de La Alameda, porque faltaban las gambas. Nuestro Rafa “resolutivo” Pipi, haciendo un alarde de organización y, no sin antes, entrar en shock, tiró de agenda y… ¡¡Bingo!! Tecleando sólo nueve cifras y accionando sendas teclas en su Smartphone de última generación… ¡¡¡Vualá!!! Dio con la persona indicada en el momento indicado, si bien su atónito interlocutor ponía el grito en el Cielo. ¿Os preguntaréis por qué? No era otro que David “esto no son langostinos ni ná” Cruz. A nadie se le habrá escapado que no deja de ser una terrible paradoja del destino que se le encargue a un señor de Huelva, capital mundial de la gamba blanca, que compre langostinos en el…. ¡¡¡Mercadonaaaaa!!! Pero no había otra, David, haciendo de tripas corazón y sabiendo que el producto que compraba no era, ni de lejos, de la calidad a la que acostumbran por tierras choqueras, hizo el encargo. Por increíble que parezca, sí, un choquero nacido en la capital mundial de la gamba blanca, accedió a comprar langostinos sudafricanos, australianos o de dudosa procedencia, también calificados por Chico como “mangostinos”, para que, como dicen, no nos “fartara de ná”.

Incluyo croquis hecho en servilleta de papel de lo que es cada cosa, no sé si la fuentes son muy de fiar, pero ahí queda una breve explicación de lo que es cada bicho.






Más tarde y desde mi prisma personal, he de decir que si en vez de ser en casa de Rafa Pipi, se escucha: “La carreta de mi prima” y nos encontramos más próximos al mes de abril, podríamos haber pensado que se trataba de una invitación a cualquier caseta de la Feria de Abril y que en vez de estar en la Alameda de Hércules nos encontrábamos en Juan Belmonte 32 o Gitanillo de Triana 45.




La ecuación se antojaba difícil de resolver, pero derrochando recursos matemáticos y simplificando al máximo cada una de las expresiones matemáticas todo parecía ir solucionándose gracias a los templados nervios de Rafa “resolutivo” Pipi.




Faltaban pocas horas y ya contábamos con: ubicación, bebida, jamón, queso, tortilla (aún huele mi coche a tortilla de patatas) y “mangostinos”, el aparato logístico-organizativo, magistralmente dirigido por Rafa “resolutivo” Pipi había triunfado, el evento era un hecho y había que felicitar al organizador.

Por mi parte prometo, si el tiempo me lo permite, narraros lo que desde mi más modesto entender allí pasó.

2 comentarios:

  1. Cristodulu dijo:

    El evento estuvo al nivel de los esperado e incluso mejor, por su puesto hay que agradecer, sobre todo, al organizador y anfitrión y también a los demás que colaboraron en la organización del magnifico evento (entro los cuales no me incluyo), tampoco puede faltar el agradecimiento a LA ANFITRIONA, para la cual desde aquí solicito un aplauso.

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  2. ¡¡¡Plas, plas, plas!!!

    "Aplausos"

    PD: Mati, pásate con flaco por el "Vladi" el miércoles!!!

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