miércoles, 20 de octubre de 2010

Habemus bar (esperemos que esta vez sí...)



Trabajado partido en el que los Unos se impusieron en un disputado encuentro que a priori parecía destinado a decantarse de su lado con más facilidad. Su mayor altura y consistencia bajo los aros sin embargo, se vieron durante gran parte del partido minimizados por una gran movilidad en el ataque y defensa de los Otros. ¿Quién hizo los equipos? El misterio de las 5 Llagas...

Aún así, y desde el principio hasta el final, Los Unos mandaron en el marcador. Pero apenas por un par de canastas. Emilio volvió a ser el Rey de la Zona, quizás con un exceso de músculo, innecesario frente a la escasa resistencia que contra él puede poner cualquier cuerpo que no esté forjado con titanio. Pico movía al equipo y reboteaba desde detrás de la canasta. Cristóbal, saliendo desde el banco, puso la velocidad, y Aurelio, pese a no estar en forma aún, dejó toques de calidad.

Por su lado, Los Otros, comandados por Israel, y conscientes de su insuficiencia reboteadora, se atrincheraron en la zona. Moviéndose como un ejército de hormigas dirigidas por Von Karajan, no dejaban huecos en la pista. Pero el problema eran los rebotes. Y aquí hubo polémica, porque les tocó defender el aro que se lo traga todo y atacar en el que no entran ni a presión. Si bien es verdad, que los Unos, a medio partido, propusieron intercambiar las canastas y el Comandante, muy venido arriba, se negó, creyendo que la machada de remontar era posible.

Iluso él, como todos los comandantes. La velocidad y paciencia de los ataques de los Otros durante los primeros compases del encuentro no duró mucho. Y es que ningún miembro del Atlético Festivo es capaz de mantener tanta concentración durante más de 10 minutos. Al final, los pases se perdían en la línea de 3 y la primera línea de los Unos machacaba al contrataque. Canastas fáciles frente a ataques largos y trabajados de los Otros. Tan sólo Mario pudo mantener a los Otros en el partido, haciendo una actuación más que digna de mención. Al final, la lógica (y el cansancio) se impuso y los Unos ganaron por, aproximadamente, 6 canastas.

LOS UNOS:

- Pico: No se metió en líos de pases imposibles y reboteó en ataque, apareciendo de la nada. (*** MVP)
- Chico: ¡Ay, la forma! Como bien dijo antes de empezar "todavía estamos en pretemporada". Seguro que este comentario le sirve para motivarse en el siguiente partido. (*)
- Cristodulu: Valor seguro en su función de escolta. Supo salir como revulsivo desde el banquillo y cumplió, como siempre. (**)
- Ramón: el falso pívot. Correcto en ataque y resolutivo en defensa. Ni bien, ni mal, ni regular. En su línea.
- Aurelio: Con muchas ganas. Se convirtió en el Messi de los aros, lanzando y anotando tiros imposibles desde detrás de la canasta. El misterio de las Fuerzas Vivas (**)
- Emilio: Duro, duro, duro. Excesivamente. No hubo quién le hiciese sombra y mucho menos "pupita", aunque sí que recibió un poquito de su propia medicina. (**)

LOS OTROS:

Israel: aunque empezó con sus pases bombeados que siempre van al contrario, pronto corrigió y firmó un buen partido. A veces se vio muy solo defendiendo los contrataques. (**)
David: llega con fuerzas renovadas, tras un año ejerciendo de papá (y lo que le queda). Corrió muy bien al contrataque y hubo quién le comparó con Iturriaga (por lo de palomero, que el muchacho se afeita muy bien) (**)
Mario: espléndido. Se echó el equipo a sus espaldas y buscó todos los balones, saliendo del bloqueo como si del mismísimo Navarro se tratase. Justísimo MVP... si su equipo hubiese ganado. (***)
Juan: si bien en defensa se comportó, estuvo perdido en ataque. Aunque la forma le acompaña, está falto de ritmo de partido y eso se nota mucho tras dos semanas sin venir. Eso sí, en su espectáculo del fin de semana anterior estuvo muy bien. (*)
Suso: la única torre del equipo. Mientras pudo, detuvo los empujones, golpes, hachazos, bazoocazos y bombas de relojería de Emilio. En ataque, soportó más de lo mismo y aún así, llegó muy bien al trailer. (**)
Luis: batallador. Nos se arredró ante las torres contrarias y buscó el contacto bajo los aros. Con sus triples y todo, le sigue fallando la concentración. (**)

En el tercer tiempo visitamos el Bar La reja, entre El Malaje (que nos miró con cara de pocos amigos al ver que pasábamos de largo) y El Perol. Restaurante para vegetarianos que decidió que le gustaba más el aire de la sierra y se pasó a los productos ricos en colesterol. Corrieron a raudales la pringá (Suso, tres) y los montaditos de punta de solomillo. Buen acierto y esperemos que sede (¿¿¿definitiva???) del club.

Chico, Cristodulu, Mario, Emilio, Suso, Juan, David, Israel, Pico... gran afluencia y apetencia. Exabruptos varios que terminaron en la frase de la jornada: "Es mejor que te coman algo a comerte algo". Emilio se comprometió en recoger los 2 euritos por partido para ayudar a Juan Carlos "er notario", que por cierto, todos concluimos que prefirió quedarse en casa a ver al equipo de sus amores. Si Emilio es tan expeditivo en la cancha como en las cuentas, que tiemblen los morosos.

Charla baloncestística, donde Chico abrió la Enciclopedia de la FIBA y nos demostró su buena memoria, siempre con bellas palabras. Chistes varios, todos finos-finos, y de vuelta a casa. La semana que viene, más.

Todos, absolutamente todos, hemos llegado a esta conclusión que el estribillo de la canción sentencia: "No por mucho trasnochar se amanece acompañado".

2 comentarios:

  1. Gran martes noche, lamento la ausencia de algunos amigos ausentes, por todo lo bueno que el nuevo lugar de reunión nos ofrece (por cierto si nadie se ha percatao la pringá está de muerte, je, je). No quiero dejar de advertir del peligro que tienen las columnas (no vale definir columna como Emilio porque este se mueve, además no es un objeto). Desde la experiencia diré que hace unos meses, allá por semana santa, una columna se abalanzó sobre mi coche, con el consiguiente estado de choc de mi señora y mis dos chiquillos. La escena fue brutal y para no herir la sensibilidad de los atléticos festivos no detallaré más, aunque finalmente conseguí zafarme, teniendo como único desperfecto la rotura de parte de mi espejo retrovisor izquierdo, todo esto viene al caso por el brutal ataque sufrido por el "chico-móvil" o vehículo marca ACME (Aclaración: pongo ACME por no poner Citroën, no quiero darles publicidad) que conduce nuestro gran amigo Chico (Wikipedia Vejeriana, desconozco el gentilicio) con el resultado de arañazos de cierto calibre en puertas del lateral derecho del vehículo, tapacubos rallados y caliche incrustado en la pintura, podría especificar un poco más, pero esto sería más un escrito de peritaje. Amigos, si veis una columna mantened las distancias os lo digo con conocimiento de causa.

    Como siempre, gracias al Comandante por sus dotes de escritura y pasad buena semana, nos vemos el martes.

    ¡¡¡Salud!!!

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  2. El Marqués de Guardameta21 de octubre de 2010, 13:03

    Cierto, el realizante de la crónica lo había pasado por alto, pero tanto intentar acumular detalles acapara las pocas neuronas activas.

    Y que conste que el ataque de la columna al "Chico-móvil" no fue yendo a jugar al basket (o eso creo...). Creo que está más relacionado con ir a trabajar. Si es que el trabajo nunca fue bueno...

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